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Channel: Política – Círculo de Escritores de Venezuela
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Reflexiones de Inés Muñoz Aguirre

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Hoy, salí a caminar para encontrarme con el sol, con el verde de la naturaleza, en medio de un silencio, el silencio de mi entorno que estoy segura que no es el entorno del barrio que celebra mientras algunos buscamos la forma de desahogarnos. Hoy un gran número de venezolanos busca como retomar el día a día, la ciudad. Busca como enfrentar la mirada de los que tienen menos de 25 años. Lo que no puedo entender es que desde un lado se celebre con descalificativos y un rencor que se ha ido sembrando a partir de un discurso violento, en el que la agresión parece ser el norte. Y del otro lado se culpabilice a quienes en un momento dado asumieron la lucha titánica que significa el rescate de una serie de valores que deben convertirse en las bases de la vida de cualquier ser humano que se precie de llamarse ciudadano. Lo que no puedo entender es un país en el que sus habitantes se ubican en bandos como: los del barrio y los de las urbanizaciones; los ricos y los pobres, y se utilicen frases trasnochadas como las de lucha de clases.
Yo no creo que la vida se trate de seguir a alguien formando parte de un torbellino. De ser parte del efecto de la ¨masa¨ que levanta la mano, porque hay alguien en frente de él que le dice que la levante y unos cuantos a su lado que obedecen. Yo creo que la vida se trata de una invitación permanente a alcanzar nuestros propios logros. Con la suma de esos logros individuales, alcanzados a conciencia y con esfuerzo es que se construye un país.

Los venezolanos nos encontramos sumidos en una lucha cuerpo a cuerpo, los que se ubican de un lado y los que se ubican del otro. ¿Qué nos separa? Esa es la gran pregunta. Porcentualmente estamos divididos en dos grandes toletes. En uno se ubican quienes piensan que el Estado debe suministrarles dinero, servicios, crear pensiones, quienes sienten que nunca han sido atendidos, quienes reclaman la casa, los alimentos, los servicios médicos, quienes pareciera que no les importan mucho lo de la inseguridad porque manifiestan haber vivido siempre en ella. Del otro lado los que abogan por la descentralización, la inversión en infraestructura para generar el bienestar que dará empleo y con ello desarrollo individual. Los que creen que el Estado es un articulador que debe crear las condiciones para que todo individuo pueda activarse en función de su educación, su desarrollo y su salud. Los que creen que hay que generar las facilidades pero que cada individuo debe ser el gestor de su vivienda, de sus alimentos, de su crecimiento profesional. Los que consideran que el Estado debe asumir las responsabilidades que realmente le pertenecen como resguardar la vida de sus habitantes.

En una sociedad en la que la capacidad de análisis es un norte, cualquiera de las dos opciones pueden ser válidas desde el punto de vista de cada quien, porque el derecho a elegir es la verdadera libertad. El problema comienza cuando alguien nos conduce a creer, defender, enarbolar el concepto contra viento y marea, a costa de divisiones, de insultos, agresiones y descalificaciones. Cualquiera que sea el líder que conduzca a una población a enarbolar sus razones, desprendiéndose de la capacidad crítica, no merece llamarse líder, porque lo que hace es contribuir a la disminución de las capacidades intelectuales, que debería ser uno de los bienes más preciados de cada persona.

El otro problema por el que atravesamos es el que para dar valor a cualquiera de las dos caras de la moneda se denigre de los que estudiamos, los que nos hemos preparado, algunos con grandes esfuerzos y otros con comodidad (tan válida una como la otra) los que invirtieron su dinero para construirse un futuro, la renta que ofrece la tranquilidad de la vejez y la no dependencia del Estado. No puede ser coherente con el desarrollo de ningún país que se agreda a quienes han invertido en pequeños, medianos y grandes negocios, generando empleo formal para un gran número de venezolanos. Muchos son señalados, castigados, agredidos, insultados. Entonces, una de las grandes preguntas a formularnos es ¿Por qué se debe poner a los trabajadores en contra de quien les da trabajo?¿de qué se trata esto? El crecimiento de un país no se logra convirtiendo a sus habitantes en empleados del Estado y a un Estado que confiando en sus ingresos fortuitos de país petrolero se comprometa cada vez más en generar una sociedad de asalariados, que se queda sin descubrir sus verdaderas fortalezas.

Yo creo que la vida se trata de aceptar el reto al que nos conduce querer descubrir nuestras propias fortalezas. Saber que tenemos dos ojos en la cara y que cuando vemos sólo a través de uno de ellos, tenemos visiones distintas. Que la destreza de nuestra mano derecha no es igual a la de nuestra mano izquierda. Que normalmente tenemos un pie un poco más grande que el otro. Si nuestro cuerpo nos recuerda la existencia de las dos caras de una moneda, entonces nuestro cuerpo nos invita a reflexionar sobre el equilibrio. Tenemos que asumir nuestras responsabilidades y por ello tengo que pensar que así como de un lado hay gente trabajadora, preparada, inteligente, apostando a que nuestro país se convierta en uno de los primeros de Latinoamérica tengo que pensar que del otro lado hay personas con las mismas características.
Deseo un país en el que la autoestima de cada venezolano se convierta en su gran capital. Ello nos permitirá el respeto, la no generalización, la no agresión y con ello terminarán los líderes mesiánicos. Surgirán entonces, los prestadores de servicios públicos, a quienes elegimos, a quienes les pagamos por el trabajo que deben realizar para nosotros y quienes tendrán que rendir cuentas de nuestro dinero. Un dinero que entregamos temporalmente para que lo administren atendiendo nuestras verdaderas necesidades. Ningún gobernante, ni los que han estado ni los que vendrán realizan favores para el pueblo, ni otorgan beneficios a nivel personal. Cuando uno de nuestros empleados al frente del Estado otorga una beca, un préstamo, una vivienda, una donación, un regalo, lo está haciendo en nombre de todos los que trabajamos en nuestro país. Todos somos los propietarios de hasta el último céntimo que ingresa y que sale de Venezuela.
El día en que los de un lado y los del otro, por señalar las dos propuestas de alguna manera, vuelvan la vista hacia los principios básicos de lo que significa ser ciudadanos de un país, y los defendamos con la certeza de ser los únicos gestores de nuestra vida, comenzaremos a dar los verdaderos pasos hacia un cambio y estaremos colocando las bases para un país de aciertos, de desarrollo, y de verdaderos logros.

Inés Muñoz Aguirre

PD: Si desean hacer algún comentario que pueda contribuir a la discusión y reflexión pública pueden colocarlo en mi facebook, si desean que su opinión sólo sea vista por mi persona pueden hacerla llegar a través de este correo. Gracias a todos y un fuerte abrazo

*Inés Muñoz Aguirre: Novelista, dramaturga, editora venezolana. Ultima novela publicada:
La segunda y sagrada familia.
Miembro del Consejo Consultivo del Círculo de Escritores de Venezuela


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